El tiempo pasa aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mi.
Quisiera que se inventara algo para embotellar los recuerdos, igual que los perfumes, que nunca se desvaneciesen, y que cuando yo quisiera pudiera, destapando la botella volver a vivirlos.
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