Estamos locas, nos comportamos como crías, reímos, gritamos, jugamos, nos miran, se ríen, nos critican, ¿y qué? Somos felices que es lo que importa. Estamos juntas que es lo que vale. Nos queremos que es lo que cuenta. Disfrutamos que es lo que necesitamos. Nos apoyamos que es lo que nos hace fuertes. Lo demás no importa. No vale. Es algo insignificante. Son críticas, hay que aceptarlas, pero no tenemos porque dejarnos llevar por ellas. Si nos critican... que nos critiquen, si nos miran... que nos miren, si nos juzgan... que nos juzguen. Son libres de hacerlo. Y nosotras libres de seguir viviendo.
Es algo que los dos sabemos que está ahí, que no es nada del otro mundo pero es imposible dejarlo atrás. Es algo que ninguno nos atrevemos a decir, algo que nadie sabe, pero nosotros lo sentimos aquí dentro tan fuerte, que duele. Es esa sensación de tener que saber qué está haciendo las 24 horas del día, es estar todo el día pensando que pasaría si él estuviera aquí contigo o de alguna forma pudiera verte... ¿qué pensaría de ti? intentas actuar como sabes que a él le gustaría pero después piensas: "no se pueden tener más tonterías". Es mirar tu móvil cada dos por tres a ver si te ha mandado cualquier mensaje tonto, o entrar en el tuenti o el facebook nada más llegar a casa para ver sus fotos una y otra vez, hasta que te las sabes de memoria. Es pensar que todas esas cosas bonitas que él dice están dedicadas a ti... porque tú sabes que es así. Es darle vueltas a el que dirían por un lado, y por otro es el mandar a tomar por el culo a todo el mundo y centrarte en lo realmente importante, en él. Es estar empezando a sentir algo, ese no se que, que no tiene nombre, pero aún así es lo más bonito del mundo...