El tiempo pasa aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mi.
He descubierto el poder de tenerte en un rincón de mi mente sin sentir nada hacia ti. El problema empieza cuando hablo de ti, cuando pienso en ti, cuando te recuerdo. No es amor, créeme. Pero se le parece.
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