El tiempo pasa aunque parezca imposible, incluso a pesar de que cada movimiento de la manecilla del reloj duela como el latido de la sangre detrás de un cardenal. El tiempo transcurre de forma desigual, con saltos extraños y treguas insoportables, pero pasar, pasa. Incluso para mi.

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25 abr 2011

Sonríes, sonrío.


El momento en el que su sonrisa se extendía a través de su cara, yo sonreía simultáneamente. Era algo inevitable. Sonreía tan cálidamente que tenía la sensación de estar envuelta en sus brazos ¡Y se formaban hoyuelos en sus mejillas! Eso era lo que más me gustaba de su sonrisa, los pequeños huequecillos que aparecían en su rostro cuando estaba realmente contento. Ese era el mejor momento del día, cuando junto a mi, él sonreía con total sinceridad, le salía de dentro, lo notaba. Después, cuando ya no se podían ver sus dientes, sonreía con la mirada, a pesar de que parezca imposible.

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