Ella caminaba distraída por el mismo trayecto de siempre, todo era igual que ayer y quizás igual que mañana. Pero el destino quiso que él fuera por la misma calle y la intuición hizo que ella mirara. Se paró el tiempo y se aceleraron los corazones.
Algo paso ese día, ninguno de ellos lo sabía aún, pero los dos daban gracias al destino.
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